Era ya por la tarde. Estaba en mi casa dando vueltas pensando en todo lo que tenía que hacer e intentando decidir por dónde empezar. De repente en un rincón de mi habitación vi unas cuantas revistas que llevaba almacenando durante mucho tiempo. Había revistas de moda, de literatura, de temas varios, de historia...
Españoles en Vietnam leí en la portada de una de las revistas.
Me quedé mirando la portada intentando recordar lo que había estudiado de historia en bachillerato. Sin embargo, no me sonaba de nada aquella información.
Decidí abrir la revista y comenzar a leer algo para mí hasta entonces desconocido. Tras leer el reportaje me quedé pensando. Me había sorprendido mucho lo que había leído y sobre todo, el hecho de no haber oído hablar con profundidad del tema nunca. Con el propósito de compartir algo nuevo para mí y tal vez también nuevo para más gente me puse a escribir esta entrada.
A principios de julio de 1857 llegaron noticias a Filipinas del asesinato del obispo dominico español fray José Díaz Sanjurjo, vicario apostólico en Tonkín, y de algunos religiosos franceses. El suceso formaba parte de una sangrienta persecución contra los católico del reino de Annam, el actual Vietnam. Las razones de la persecución eran básicamente políticas, y estaban relacionadas con la toma de partido de algunos misioneros a favor de un pretendiente al trono de Annam, lo cual provocó la reacción violenta del rey Tu Duc contra los predicadores extranjeros.
La desventura de los misioneros desató inmediatamente la indignación oficial de Francia, en cuyo trono se asentaba el emperador Napoleón III.
Es entonces cuando París propone a España actuar con firmeza para exigir al rey de Annam que reparase el daño y cesara la persecución contra los cristianos. Sin embargo, eso no era más que la fachada de las verdaderas intenciones francesas.
La corte de madrid acogió favorablemente la idea de intervenir en una expedición conjunta de castigo bajo mando francés. España estaba en esos momentos gobernada por la Unión Liberal, un partido político creado por Leopoldo O' Donnell. Se trataba de un gobierno débil, sin iniciativa, cuya política exterior iba de la mano de Francia y los intereses de su ambición imperial. Napoleón III
En el caso de la expedición a Indochina, la disparidad entre España y Francia respecto a los objetivos era absoluta. La segunda tenía poderosos motivos económicos y estratégicos, miestras que España pretendía simplemente lograr un cierto prestigio en el concierto europeo asumiendo la defensa de los religiosos establecidos en Annam y Tonkín, sin mayores ambiciones de expansión mercantil o territorial. Francia nunca reveló abiertamente a España sus verdaderas intenciones.
Francia solicitó de España entre 1000 y 2000 soldados de infantería para llevar a cabo la operación indochina. En la península la expedición apenas suscitó curisiodad en la opinión pública y tampoco tuvo buena prensa.
Transcurrió un periodo de tiempo en el que varios hombres fueron ocupándose del cargo de capitán general. Tantos cambios impidieron que hubiese una autoridad clara en Filipinas, con capacidad para influir en el desarrollo de los acontecimientos en los que la expedición se vio envuelta.
De la celeridad con que se reaccionó por parte española a la solicitud de alienza francesa da idea la Real Orden que se emitió el día de Navidad de 1857. El mandato expresaba " los deseos de S.M y del Emperador de los franceses de que España ayude con 1200 a 1400 hombres para llevar a cabo el castigo que reclaman los notables desórdenes y asesinatos" ocurridos en Tonkín. En total se reunieron unos 1900 efectivos franceses y 500 españoles. En cuanto al ejército annamita oscilaba en torno a los 18.000 hombres,sin embargo estaban equipados con material obsoleto y carecían de caballería.
El 31 de agosto de 1858 la flota del almirante Rigault de Genouilly entra en la bahía de Turán. Al día siguiente de su entrada da la señal de bombardeo. Los annamitas huyeron sin haber opuesto apenas resistencia. El destacamento desembarcado ocupó todo el borde de la bahía y se capturó un rico botín de guerra.
Con sus fuerzas atrincheradas en las inmediciones de la playa, el almirante francés no se decidía a avanzar sobre Hue, la capital. Los annamitas reaccionarion con ataques de hostigamiento y el contigente franco- español mantuvo la defensa atrincherada en su propio campo. Mientras el tiempo iba transcurriendo.
Rigault Genoully
El clima y la dureza de los trabajos provocaron la pérdida de cuatro veces más soldados de los que hubiesen sacrificado en la toma de Hue.
Pese a las prisas iniciales, hasta que no se firmó en Tientsin un tratado de paz franco-británico con el emperador chino, el almirante Genouilly no se puso en marcha.
Recibió de París nuevas órdenes y bajo estas premisas cambió de planes sin consultar al mando español. Decidió emprender la conquista de Saigón y la baja Cochinchina. La capital y el puerto cayeron tras la toma de la ciudadela, mal defendida . Se asaltó la ciudad y se consiguió un importante botín. Siguieron los robos y violaciones de tropa desmandada, causando un enorme escándalo y grandes daños entre los indígenas.
A los pocos meses, concretamente en octubre de 1859 el vicealmirante Page sustituye en la jefatura de las fuerzas conjuntas a Genouilly y ordena el regreso a Manila de las tropas españolas que seguían en Turán, quedando la guarnición reducida a 500 hombres (la mitad españoles). Durante seis meses, el ejército franco-español esperó en Saigón la llegada de refuerzos y defendió la ciudad de los intentos de los annemitas de recuperarla.
Desembarco francés en Da Nang
Page es sustituido por el vicealmirante Charner. A partir de ahí, los franceses reciben refuerzos importantes de la metrópoli ( 4000 hombres) y la conquista de Cochinchina se acelera.
En agosto de 1861, Charner declara la provincia de Saigón dominio de Francia. Con la toma de Bien Hoa en 1862 los galos redondean la conquista de toda la Cochinchina, que el rey annemita entrega a Francia.
Por el tratado de paz que se firma al año siguiente, Annam quedaba reducida en la práctica a una colonia.
Tu duc perdía Cochinchina y reconocía la libertad de culto a los cristianos en todo el reino de Annam.
Sin embargo,la paz no llega tras la firma del tratado. La humillación y el descontento se extendieron por Annam y provocaron una rebelión generalizada que a punto estuvo de ser desastrosa para los expedicionarios. Gracias a los refuerzos, pronto la superioridad de europea se hizo patente.
La falta de planes de largo alcance del gobierno español, acomplejado y sumiso ante París, anuló cualquier ventaja que pudiera haber correspondido por tomar parte de manera importante y activa en las operaciones bélicas en Indochina. El ejército español fue utilizado por un aliado que tenía mayor visión estratégica y un plan calculado, con un sentido de Estado muy superior al español y que siempre mantuvo el mando y la iniciativa en defensa de sus exclusivos intereses.
Tal como apunta el general y experto en historia militar Luis Alejandre Sintes,
"Francia obtuvo con la expedición un imperio en Indochina, mientras que España, sumida en enfrentamientos partidistas, silenció vergonzante el esfuerzo de los suyos"
Fuentes:
Artículo Revista Historia y Vida