domingo, 20 de noviembre de 2011

La sociedad de órdenes en la España Moderna

La mejor forma de describir la sociedad de la España Moderna es hablando del concepto de estamento.  
La sociedad del Antiguo Régimen se estructuraba en estamentos muy bien delimitados.  Los estamentos privilegiados eran la nobleza y el clero, mientras que el estamento no privilegiado era el estado llano o Tercer Estado.    
                                                                                 
Según el estamento al que se perteneciese una persona tenía una serie de derechos y obligaciones. Mientras que los nobles (los bellatores) se dedicaban a guerrear, los clérigos (oratores) se dedicaban a rezar y el estado llano (los laboratores) se dedicaba a trabajar. Acontecimientos  como el nacimiento eran fundamentales y condicionaban toda la vida posterior del individuo.
Como se puede ver, hablamos de una sociedad en la que reinaba la desigualdad y el privilegio.  La igualdad era una aberración, algo antinatural. Lo natural era la diferencia.
A pesar de ser una sociedad muy bien jerarquizada con un aspecto exterior simple, existían factores que incluso podían llegar a anular este esquema social.  Factores como el dinero, ser cristiano viejo o nuevo, ser mujer u hombre, la familia, la procedencia geográfica o estudiar o no en la universidad hacían un poco más complejas las relaciones entre estamentos y ofrecían la posibilidad de ascender socialmente.  
  • La Nobleza 
La nobleza era el estamento vinculado a la actividad guerrera. Se encargaba de proteger al pueblo y a cambio recibía una serie de privilegios tales como no pagar impuestos, penas específicas y ser juzgados por tribunales distintos, aparte de riqueza y tierras. Los privilegios se adquirían por el linaje, por lo que es importante destacar la importancia de la sangre como vehículo portador de las virtudes o cualidades de una persona.
Como en todos los estamentos, en la nobleza también encontramos personas de todo tipo. En lo alto de la cúspide se encontraban los grandes de España, es decir, las familias más poderosas poseedoras de grandes títulos. En un escalón inferior se encontraban los títulos (marqueses, condes, etc.); les seguían los caballeros que tenían una buena posición económica aun sin poseer títulos y que ,además, podían pertenecer a órdenes militares con lo que aumentaba su estima social.; por último encontramos a los hidalgos.
Aparte  de esta diferenciación, también podemos distinguir entre nobleza vieja (la derivada de la sangre y el honor) y nobleza nueva (la nobleza concedida por el rey gracias a méritos de distinta índole); y entre alta y baja nobleza.
Este esquema resaltaba la importancia de la familia y de las redes sociales. Las personas vivían y actuaban en función de los beneficios de sus familias. Lo importante no era la persona, sino el colectivo.
  • El Clero 
La Iglesia era el estamento que se dedicaba a rezar por el pueblo. Recibía, por su labor, propiedades, innumerables donaciones y riqueza a partir del diezmo y otros impuestos de carácter eclesiástico.
Dentro del clero también encontramos distinciones: clero secular, es decir, el resultante de la organización ordinaria de la Iglesia, es otras palabras, el clero jerárquico (obispo, arzobispo…); y el clero regular que se refiere a las órdenes religiosas que debían su obediencia al papado.  
Como ocurre en la nobleza, el clero no es un estamento homogéneo: el alto clero tenía una posición económica acomodada, tenía grandes responsabilidades y poseía un  elevado nivel cultural; el clero medio lo componían los obispos con sedes más humildes y con un nivel cultural también alto, pero igualmente inferior;  por el contrario en el clero inferior  se evidenciaban la ignorancia, la inmoralidad y la falta de vocación.  
  •     El Tercer estado
     El tercer estamento se caracteriza por la heterogeneidad. Se podía encontrar a gente de todo tipo, desde honrados campesinos hasta burgueses adinerados. Sin embargo, todo el que pertenecía al tercer estamento carecía de privilegios y de honor estamental.
En lo alto del tercer estado se situaban los burgueses: la burguesía se dedicaba al comercio de exportación e importación y, en general, a los negocios. A partir de ellos consiguieron numerosas riquezas, llegando a tener, en muchos casos, un nivel económico superior al de muchos aristócratas. Por otra parte se encontraba la burguesía de la inteligencia, un grupo social que gracias a su titulación en distintos grados de enseñanza ocupaba cargos administrativos que aprovechaba para  ascender más rápidamente en la escala social.
En una dimensión inferior se encontraban los comerciantes al por mayor; los minoristas (venta al detalle); y por último los campesinos, el grupo social más numeroso.
  • Los marginados y las minoría
Todos aquellos que se encontraban fuera de este esquema social eran completamente excluidos. Hablamos de pobres, gitanos, niños y jóvenes sin vínculos familiares cercanos, minorías religiosas, esclavos…  
Los conversos y los moriscos sufrían constantes persecuciones sociales. Se crearon estatutos de limpieza de sangre por la necesidad social de ser cristiano viejo (aquellos cuyos familiares han sido cristianos). Los cristianos nuevos (cristianos convertidos o descendientes de algún convertido) sufrían las constantes sospechas de no ser buenos cristianos. 

                                                              El mendigo, de Murillo.

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