sábado, 17 de diciembre de 2011

BICENTENARIO DE LA CONSTITUCIÓN DE CÁDIZ (1812-2012)

El próximo año 2012 se va a conmemorar el Bicentenario de la Constitución de Cádiz de 1812, conocida popularmente como La Pepa, por haber sido promulgada el 19 de marzo, día de San José.
Haciendo un poco de historia, las Cortes de Cádiz se reunieron en la Isla de León, el 24 de septiembre de 1810 y allí elaboraron la Constitución de 1812, considerada como "el código sagrado", que definía el liberalismo español como un credo político. Y este  "código", se convertiría en la constitución liberal clásica de la Europa latina a principios de siglo. El proceso renovador que llevan a cabo los liberales en las Cortes de Cádiz consiste en la sustitución de las estructuras sociales y políticas de la monarquía del Antiguo Régimen por las de un estado liberal, y la necesidad de una constitución se plantea cuando, el 8 de diciembre de 1810, el diputado Mejía Lequerica propuso que los diputados no se separaran sin haber hecho una constitución. Entonces, tras numerosas comisiones, deliberaciones y debates parlamentarios, en enero de 1812 ,la discusión del texto constitucional quedó practicamente acabada y el 1 de marzo 1812 la Comisión tenía ya redactado el proyecto de todas las formalidades y requisitos con que podría hacerse la jura y la publicación de la Constitución, que ya contenía todas las disposiciones, decretos y órdenes.

La Constitución de 1812 es muy larga, se compone de un discurso preliminar y  384 artículos agrupados en diez títulos y constituyó uno de los textos jurídicos más importantes del Estado español, ya que sentó las bases de constituciones posteriores y es considerada como el primer código político a tono con el movimiento constitucionalista europeo contemporáneo, que establecía por primera vez, como dos de sus principios fundamentales:
1. La soberanía nacional, por la cual el poder está en el pueblo a través de sus representantes en Cortes.
2. La separación de poderes en:

Legislativo: corresponde a las Cortes, que son unicamerales y gozan de amplios poderes. El Rey no puede suspenderlas ni disolverlas pero si sancionar y promulgar las leyes y conserva el derecho de veto suspensivo temporal.
Ejecutivo: corresponde al Rey, cuya persona es sagrada e inviolable, pero está sometido a ciertos límites. No es responsable, pero sí sus ministros.
Judicial: que recae en los tribunales de justicia. Se establecen los principios básicos de un estado de derecho, con garantías.

Esta constitución recoge muchos de los principios fundamentales que siguen vigentes en nuestro días y algunos de ellos los tenemos tan asimilados que hoy nos puede parecer increible que en otro tiempo no fuera de igual modo. Pero en el momento de su proclamación significaron una auténtica ruptura con lo que existía con anterioridad. Principios que hoy en día son habituales para nosotros, como: la libertad de expresión, la libertad de prensa e imprenta, el derecho de representación, la inviolabilidad del domicilio, la libertad personal, el derecho a la integridad física, las garantías procesales y penales, son derechos que ahora contemplamos como normales, pero en su momento se plantearon como absolutamente modernos e innovadores.

La Constitución fue derogada por Fernando VII en 1814, pero volvió a entrar en vigor durante el Trienio Liberal (1820-1823) y, brevemente, en 1836. Hay que decir que La Pepa fue una referencia clave para el liberalismo posterior y su influjo fue decisivo en otras constituciones de América del Sur y de Europa, como las de Italia y Portugal.

Por todo ello, la ciudad de Cádiz y toda la provincia vienen preparándose desde hace años para conmemorar uno de los momentos más relevantes de su historia. El Consorcio del Bicentenario y el Ayuntamiento de Cádiz están elaborando una completísima programación cultural, institucional, académica y lúdica, y se pueden mencionar de manera especial dos actos relevantes que tendrán lugar en esas fechas: el acto solemne del 19 de marzo de 2012 y la celebración de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
Los enlaces para acceder a toda la información son los siguientes:

Asimismo, la asociación cultural Acción Cultural Española, va a abordar el Bicentenario de la Constitución de un modo original, con un proyecto llamado 1812-2012. Una mirada contemporánea, que engloba un conjunto de iniciativas en distintos ámbitos artísticos, pintura, escultura, ilustración, música, nuevas tecnologías, etc. Se ha encargado a 18 artistas que desarrollen una intervención en torno a La Pepa en 17 ciudades de España, una por comunidad autónoma, actividades que ya se han iniciado el 5 de diciembre de 2011 y que seguirán hasta el 25 de marzo de 2012.
En el siguiente enlace se ofrece toda la información: www.accioncultural.es

Fuentes
España 1808-2008
Capítulo III. La crisis del "antiguo régimen" 1808-1814
Raymond Carr
Editorial Ariel
Barcelona, 2009

Historia de España
El Siglo XIX
De la Guerra de la Independencia a la Revolución de 1868
Javier Tussell/Rafael  Sánchez Mantero
Espasa Calpe, S.A
Madrid, 2004

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Isabel II. La época de las regencias.

Desde la muerte de Fernando VII (1833) hasta la mayoría de edad de su heredera Isabel II (1843), se suceden las regencias de MªCristina y del general Espartero, sin embargo en este período destacaron numerosos personajes.
  • Eusebio Bardají: político español. Estuvo al frente de la Secretaría de la
  • Legión de España. En 1811 fue elegido como primer secretario de
    las Cortes de Cádiz. Entre Mayo de 1821 y Febrero de 1822 preside la Junta Consultiva Provisional. Del 18 de Agosto hasta el 16 de Diciembre de 1837 fue ministro de Estado.
  • Francisco Javier de Burgos: político español cuya vocación se inclinaba
  • hacia las ciencias jurídicas. Fue elegido regidor perpetuo en Motril. En 1819 alcanza la presidencia de la Junta de subsistencias de Granada y el puesto de corregidor de la misma. En 1827 ingresa en la RAE. A la muerte de Frenando VII se convierte en secretario de Estado y en ministro de Fomento. En 1845 fue senador vitalicio y en 1846 ministro de Gobernación en el gabinete presidido por el general Narváez.
  • Fermín Caballero:
    escritor y político español. Pertenecía al pa
    rtido progresista, por lo que abandona Madrid en 1823 y no regresa hasta la muerte de Fernando VII. En 1843 fue ministro de la Gobernación.
  • Ramón Cabrera: militar carlista que participó en las dos primeras guerras. Se gana el título de "Tigre del Maestrazgo"
    por su dureza como general. Se exilia en 18
    39 al no aceptar el Pacto de Vergara. En 1875 acaba rompiendo con el partido carlista, declarando su apoyo a Alfonso XII.
  • ESPARTERO, Príncipe de Vergara: general y político español. Participa en la Guerra de la Independencia contra los franceses.
  • A partir de 1833 apoya al bando isabelino durante el conflicto, siendo general en jefe del Ejército del Norte en la 1ªGuerra Carlista.
  • El 31 de Agosto de 1839 participa en la firma del Convenio de Vergara, lo que significa el final de la guerra. Se encarga de la regencia desde Septiembre de 1840 a Mayo de 1841, en la que impulsa medidas para renovar la política arancelaria e impulsar la venta de bienes eclesiáticos. Al final pierde poder, debido a la oposición dentro de su propio partido, al excesivo personalismo del general y al malestar provocado por la fuerza con la que reprimió algunas de las sublevaciones y en concreto con el bombardeo de Barcelona en 1842.
  • Fernando Fdez. de Córdova y Valcárcel, Marqués de Mendigorría: general español que participó en la 1ªGuerra Carlista. Tras la Gloriosa en 1868 se encarga de la dirección del Estado Mayor y de la Infantería.
  • Bernardino Fdez. de Velasco, Duque de Frías: político español. En 1814 participa en las Juntas de Daroca y Segorbe. En 1820 es enviado como embajador a Londres y nombr
  • ado consejero de Estado. En 1833 ocupa una plaza en Estamento de Próceres. En 1838 es elegido senador por León y nombrado presidente del gobierno y ministro de Estado.
  • Juan Antonio Guergué: militar español fusilado en Estella. Ingresa como cadete de infantería en 1809 y participa en la Guerra de Independencia. En 1822 asciende a capitán. Cuando muere Fernado VII milita en el bando carlista bajo el mando de Zumalacárregui. Más tarde fue jefe del Estado Mayor carlista. En 1838 se hace con el cargo de general en jefe del Ejército del Norte, pero fue sustituido por el general Maroto, que conociendo a Guergué, decidió fusilarlo y prenderlo en 1839 para llegar a la paz.
    • Mariano José de Larra: escritor español,es uno de los principales
    representantes del Romanticismo en España. Destaca en prosa como escritor de artículos políticos y costumbristas, pero también escribe dramas como Macías y la novela histórica El doncel de don Enrique el Doliente. Larra se enamoró de una mujer casada llamada Dolores Armijo, razón por la cual se quitó la vida el 13 de Febrero de 1837.
    • Diego de León: general español, partidario de la causa isabelina durante la 1ªGuerra Carlista.En 1849 es nombrado capitán general de Castilla la Nueva. En 1841 se subleva junto a O´Donnell en Pamplona. Fue condenado a muerte teniendo como última voluntad dar la orden de disparar al pelotón de fusilamiento.
    • Joaquín María López López:
    político y escritor español. Durante el Trienio Liberal fue oficial de la Milicia Nacional. En 1834 fue elegido procurador a Cortes, participa en la creación del Partido Progresista. Tiene el cargo de ministro de la Gobernación de 1836 a 1837. Más tarde preside el Consejo de Ministros.
    • Rafael Maroto: militar español que participó en la
    Guerra de laIndependencia. En 1813 viaja a Perú y más tarde se le encomienda la reconquista de Chile. A su vuelta a España se une al bando carlista y firma con Espartero el Convenio de Vergara en 1839.
  • Conde de Ofalia: político español. En 1823 es nombrado ministro de Gracia y Justicia. En 1827 viaja a Londres como embajador de España. En 1832 se convierte en presidente del ministerio de Fomento, en el 37 presidente del Consejo de Ministros, representando a los moderados.
  • Salustiano Olózaga: político español de ideas liberales. Fue gobernador civil de Madrid en el gabinete de Mendizábal. En 1843 se hizo con la presidencia del Consejo de Ministros.
  • Evaristo Pérez de Castro: político español, diputado de las
    Cortes de Cádiz, actua como primer secretario de éstas. En el Trienio Liberal fue presidente de la Junta Consultiva Provisional y ministro de Estado. En 1838 MªCristina lo nombra ministro de Estado y presidente del Consejo.

  • Duque de Rivas: literato y político español. Fue uno de los exponentes del movimiento romántico en España. Participa en la Guerra de la Independencia. Era contrario a los principios absolutistas, por lo que se mantuvo en el exilio hasta 1833. Durante la regencia de MªCristina se encargó de la cartera del Estado.
  • Tomás de Zumalacárregui: general carlista, participó en la Guerra de Independencia en la defensa de Zaragoza, llegando a ser capitán. En 1820 es separado del servicio, por lo que se une a las guerrillas realistas y lucha por el fin del Trienio Liberal. En 1824 asciende a coronel. Fue puesto al mando del ejército Carlista en la primera guerra, muriendo en el desarrollo de esta el día 25 de Junio de 1835, quedando el bando carlista sin su cerebro militar.
  • miércoles, 7 de diciembre de 2011

    "Ateo, gracias a Dios"



    Como dice Sonia en una de las entradas anteriores, nuestra exposición grupal aborda el papel que tienen los intelectuales en la II República y el otro día en el telediario escuché o más bien oí una noticia sobre Luis Buñuel. Y como era un tema que me interesaba, me puse a indagar sobre ello en internet para poder enterarme de lo que había sucedido con dicho surrealista. Y di a parar con dos artículos de Jesús Ruiz Mantilla en la edición digital del periódico El País realizados el 3 y 4 de Diciembre. Sus artículos contaban que se había descubierto lo que han denominado como “la película desconocida de Buñuel”, un documento fílmico inédito. Y para empezar descubriré quién era este maravilloso y complejo personaje.

    Luis Buñuel nació el 22 de febrero de 1900 en Calanda y con sólo ocho años descubre que es un entusiasta del cine. En 1915 es expulsado de los jesuitas y se matricula en el Instituto de Zaragoza, hasta que se traslada a la Residencia de Estudiantes de Madrid, donde entabla amistas con multitud de intelectuales que le acompañan en su paso por la II República y la Posguerra, especialmente con Dalí y Lorca.
    Finaliza sus estudios en 1924 licenciándose en Historia y al principio de su carrera escribe textos literarios que son publicados en revistas como “Ultra” u “Horizonte” hasta que se instala en París, donde conocerá a su futura mujer Jeanne Rucar y se inscribirá en la Academia de Cine de Alex Allain y Camille Bardoux. Así dará comienzo a sus primeros guiones y producciones. Escribe el guión Caprichos, en el que colabora con Ramón Gómez de la Serna y la obra teatral Hamlet con José Bello, pero lo que realmente le hizo triunfar fue la película de Un chien andalou que realizó junto a Dalí.


    Cuando se va a instaurar la II República regresa a España y asiste a la primera reunión de la “Asociación de Escritores y Artista Revolucionarios”. Con el comienzo de la Guerra Civil es nombrado coordinador de Propaganda al Servicio de la Información, pero cuando ésta finaliza y sale perdedor el bando republicano se exilia en EEUU. Allí trabaja en el MOMA (Museum Of Modern Art, Nueva York) y en ese transcurso de tiempo donde realiza la dicha filmación de la que trata el artículo.

    La película es de índole familiar y privada y en ella se ve a su familia y amigos del entorno como Juan Negrín y Rosita Díez en Nueva York. Fue encontrada en la Filmoteca Española por Javier Herrera, bibliotecario de la misma y quién ha analizado a fondo la película. Ésta cuenta aspectos de su vida cotidiana y se cree que la rodó en su apartamento de Manhattan y en la casa de Alexander Calder en Maine. Además éste y otros críticos también dicen que la película muestra ciertos aspectos muy modernos y que chocan con la etapa que en los años 40 se vivía en España. Esa modernidad se ve en que las escenas están grabadas con una cámara de mano (probablemente perteneciente al MOMA), en que las mujeres llevan pantalones y no tienen por qué vestir de negro, se va en lanchas a motor por los lagos y además se muestran escenas conmovedoras del cineasta con su familia, tales como jugar a las damas, el regalo de un tren eléctrico a su hijo Juan Luis y el baño de su otro hijo Rafael.

    Él es el sujeto que graba y a su vez es el objeto de la grabación. Luis Buñuel daba una impresión de hombre duro, comunista, inmoral y blasfemo, algo característico de la época republicana, y es algo extraño y emocionante verle en esta actitud íntima y cariñosa.

    Pero esa mínima ilusión que tenía en los primeros años se esfumó completamente al llegar la Carta de Despido producida por Dalí. Su relación era mucho más compleja de lo que se suele pensar y en una película estrenada en el año 2010 que vi casualmente hace muy poco llamada Little Ashes (Sin límites) se ve retratada esta situación. Luis Buñuel es interpretado por Matthew McCulty y aunque la película trate sobre el romance escondido de Lorca y Dalí, en mi opinión Luis Buñuel ejerce un papel muy importante en ella. Los tres mantienen una relación amistosa muy estrecha pero Luis, que desde mi punto de vista, es el que planta los pies en el suelo, el que de verdad expresa sus sentimientos y quien no quiere esconder su pensamiento, se siente desplazado conforme Lorca y Dalí empiezan a tener una relación no solo amistosa y se muda a París. Sospecha de la atracción que sienten y lo desaprueba y quizá cuando se entera de que Dalí ha “abandonado” tanto a Lorca como a su ideario político la relación de Luis y Dalí no termina de coagular.


    Por otro lado, su película La edad de oro le había pasado factura. Y así empezó una especie de “caza de brujas” en la que los republicanos habían de caer. Por estas razones y porque no quería involucrar a ninguno de sus amigos residentes en EEUU, finalizó su rumbo en México.
    En esa ciudad al fin pudo rodar multitud de películas y en plena libertad creativa, algo que no hubiera conseguido en Hollywood. Y allí fue donde murió.

    FUENTES:
    http://www.elpais.com/videos/cultura/pelicula/desconocida/Bunuel/elpepucul/20111203elpepucul_1/Ves/
    http://www.elpais.com/articulo/portada/Bunuel/intimo/inedito/elpepusoceps/20111204elpepspor_10/Tes
    http://www.elpais.com/articulo/cultura/Bunuel/intimo/movimiento/elpepucul/20111203elpepicul_2/Tes
    http://www.luisbunuel.org/
    http://www.youtube.com/watch?v=-DGaRWlgywc

    lunes, 5 de diciembre de 2011

    ¿QUÉ ES UN INTENDENTE?

    La llegada de la dinastía de los Borbones dió un gran impulso a la unificación interna del Estado Español, pero la organización territorial era muy compleja ya que la monarquía no se limitaba a la Península e Islas adyacentes, sino que comprendía también los Reinos de Indias.

    La base de la administración territorial estaba formada todavía por los distintos reinos y la principal red de justicia y de gobierno heredada de los Austrias era la constituida por los corregidores, una institución castellana de origen medieval, que se había extendido a la Corona de Aragón tras la victoria borbónica en la guerra de Sucesión. El corregidor era un funcionario real que gobernaba las principales ciudades y a través de éstas el territorio de su corregimiento. Los corregidores dependían del consejo de Castilla y la duración de su mandato era de tres años, renovables por otros tres.
    En los corregidores confluían funciones de gobierno, justicia y hacienda (como superintendentes de rentas reales). Muchos de los corregidores eran caballeros (corregidores de capa y espada), y en este caso delegaban la dirección del tribunal real en un teniente de corregidor jurista, llamado frecuentemente alcalde mayor. Junto a estos corregidores los había también letrados, conocedores del derecho.
    El cargo de corregidor se vio alterado por la introducción de un nuevo funcionario, inspirado en la administración francesa, siendo el primero en proponer esta medida Jean Orry, ministro francés enviado por Luis XIV, aunque también recogía parte de las atribuciones corregimentales castellanas. Se trataba de los intendentes de provincia, cuyo establecimiento en la Península se inició en noviembre de 1711, cuando se aprueba el plan de intendentes presentado por el conde de Bergeyck, otro de los consejeros franceses, y es en diciembre de ese mismo año cuando se produce el nombramiento de los primeros intendentes. Sus funciones eran básicamente las de coordinar el cobro de los distintos impuestos en cada territorio y asegurar con ellos el mantenimiento del ejército y toda la infraestructura militar (fortificaciones, cuarteles, suministros, etc.). Por esta razón se le consideraba como un "ministro de Hacienda y Guerra". También se le encomendaban funciones de "policía", pero tomando este término con reservas, ya que probablemente en el lenguaje de la época se refería a cuestiones de urbanismo, sanidad, comunicaciones y protección a la economía ("fomento" en la terminología de fines de siglo).
    Hay que decir que el precedente de los intendentes en España fueron los superintendentes generales de los ejércitos, que actuaban simultáneamente en las demarcaciones generales de los ejércitos que el rey sometía a su autoridad después de la ocupación militar, por ello empiezan a ocuparse fundamentalmente de funciones militares, pero acabaron asumiendo otras cuestiones.
    El establecimiento de los intendentes puso de relieve la distinta entidad de la división territorial en provincias. En principio los intendentes se establecieron en territorios con una importante guarnición militar, como eran los reinos conquistados de la Corona de Aragón, Extremadura y Castilla la Vieja. Pero ocurría que en muchas de las provincias de Castilla el ámbito de actuación de un intendente chocaba con el del corregidor de la capital. Por esta razón, a partir de 1724, sólo se conservaron los intendentes llamados de ejército y se suprimieron los que sólo eran "de provincia". Los corregidores vieron entonces confirmadas sus atribuciones de superintendentes de rentas reales, es decir, de los impuestos.
    Pero ocurrió que el Marqués de la Ensenada extendió de nuevo los intendentes a la Corona de Castilla, con la finalidad, añadida a otras de sus funciones, de que organizaran la realización de un catastro de la riqueza, con vistas a establecer una contribución única (1749). En consecuencia el cargo de intendente fue unido al de corregidor de la capital de provincias. Pero, como los intendentes fueron muy criticados y atacados en los motines populares de la primavera de 1766, durante el reinado de Carlos III se resuelve el contencioso intendentes-corregidores con el decreto de 13 de noviembre de 1766, separando definitivamente las intendencias de los corregimientos y se atribuyeron a los intendentes los negocios fiscales y militares y a los corregidores la función judicial y de policía, siempre entendida esta función como se ha indicado anteriormente, como referida a cuestiones de urbanismo, sanidad, protección a la economía, etc.
    Durante el reinado de Carlos III los intendentes se establecieron progresivamente en los Reinos de Indias y entre otras funciones se les encomendó la subdelegación de la Junta General de Comercio y Moneda y la presidencia de los Consulados o tribunales de comercio que se formaron, o se reformaron, en los puertos autorizados a comerciar con América. Hay que decir que no hubo intendencias en Navarra y las provincias vascas, las cuales, a efectos fiscales se consideraban provincias exentas.

    Fuentes
    Historia de España en la Edad Moderna
    Alfredo Floristan (coordinador)
    Capítulo 21: "El Estado Borbónico"
    Autor: Pedro Molas Ribalta
    Editorial Ariel, S.A. Madrid, 2009


    La Administración bajo los Borbones
    Consuelo Maqueda Abreu y Jose Cano Valero
    Apuntes del Campus Virtual

    lunes, 21 de noviembre de 2011

    EL REINADO DE CARLOS III

    Carlos III es un borbón hijo de Felipe V y que sucede a su hermano Fernando VI en el trono español. Es el claro ejemplo de la doctrina del despotismo ilustrado y es conocido como el “gran rey Carlos III” o el “mejor alcalde de Madrid”. Su trato con Madrid es complejo, desde los motines de 1766 se marcha a los alrededores y huye de la capital. Su buena imagen se beneficia gracias a la comparación con otros borbones y a su muerte, que fue un año antes del estallido de la Revolución Francesa en 1789.


    Su ideario se basa en el absolutismo regio, que en la práctica era el “gobierno de los ministros”. Consistía en pasar de un gobierno personal a un Estado impersonal con órganos propios, es decir, radicaría en el tránsito de un Rey absoluto a un Estado absoluto, en el que el rey tan solo sería una instancia suprema y una garantía de continuidad. Por ello los ministros de Carlos III toman una gran importancia siendo referidos como “los partidos”.

    Conforme a su reinado, está marcado por la crisis final del Antiguo Régimen y se divide en varias etapas. La más significativa es la de las “reformas precipitadas” que finaliza en 1766 con los motines contra Esquilache y la llegada del conde Aranda. Algunos otros personajes significativos de su reinado son Jerónimo Grimaldi, que fracaso en su intento por desembarcar en Argel, y el conde de Floridablanca, que fue el impulsor de la Junta de Estado. Ésta tiene origen en el Consejo de Ministros de España y se crea en 1787. Es un organismo de coordinación, está formado por Secretarios de Despacho, y es dirigido por un Secretario de Estado, que era Floridablanca, y que cumplía una similar función a la de presidente del gobierno. Además, cobró una gran importancia en la Administración y en la historia del pensamiento político, restando así poder al rey.


    Carlos III obtuvo una buena fama como reformador en Europa, en parte, gracias a la enseñanza que le aportó Bernardo Tannucci en Nápoles. Sin embargo, su recibimiento en Aragón y Cataluña antes de dirigirse a Madrid tan sólo fue un protocolario saludo al rey. Además, no reformó los Decretos de Nueva Planta y fue él quien tomó medidas contra el catalán en las escuelas.

    Leopoldo de Gregorio (Esquilache) fue nombrado secretario de Hacienda y Guerra y provenía de Nápoles. Junto a éste formaban equipo Julián de Arriaga (secretario de Marina e Indias) y Ricardo Wall (secretario de Estado), aunque fue sustituido por Grimaldi. Las reformas que se propusieron consistieron en el proyecto ensanadista de reforma fiscal, la creación de una Junta del Catastro y un Montepío Militar, la mejora de la política de infraestructuras urbanas, la corrección de costumbres y vestimentas y la reorganización de temas militares.

    Por otro lado, dispusieron una política agraria que culminó con el decreto que abolía la tasa del trigo y permitía su libre circulación. En 1761, se veían en la necesidad de liberalizar los precios y buscar mercados, por lo que se envía una Memoria, escrita por Winckel, a la Junta General de Comercio. Dicho documento pasó de la Junta General a Esquilache y éste la transfirió al Consejo de Castilla. Pero la Memoria había sido escrita 4 años atrás y se debía a las malas cosechas de los primeros años sesenta, a la subida del trigo y a la aparición del hambre.


    El 23 de Marzo de 1766 comienzan los motines de primavera y se produce un enfrentamiento contra los guardias walonas debido a que los sastres habían de hacer cumplir las nuevas normas de vestimenta: el sombrero de tres picos y la capa recortada. El conflicto se convirtió en una revuelta multitudinaria y se apedreó el palacio de Esquilache. Días más tarde se atacan también los palacios de los colaboradores del rey, al gobernador y al corregidor, hasta que llegan al Palacio Real exigiendo al Rey que destituya a Esquilache, baje el precio del pan y suprima la norma sobre la vestimenta. Y Carlos III no tuvo más remedio que ceder a las imposiciones del pueblo.

    Las consecuencias de estos motines fueron muchas y variadas. Lo primero que hizo Carlos III fue reconducir la política, así que hizo llamar al conde de Aranda que se ocupó de la Presidencia del Consejo de Castilla. Dicho hombre se rodeará de los mejores ilustrados como Campomanes, Jovellanos o Floridablanca.

    Las primeras reformas que hizo este grupo se centraron en los cargos municipales como los diputados, que podrían acudir a juntas de propios y arbitrio, y los síndicos personeros, que tenían el derecho a reclamar lo que les pareciese injusto y debían defender al pueblo. En 1768 el rey aprueba una Real Cédula para dividir a la población en ocho cuarteles que contarían con un Alcalde de Casa y Corte y ocho Alcaldes de Barrio que tenían que vigilar que no se cometiera ninguna infracción.
    Otras de las reformas se centraron en reorganizar los Ejércitos y la Marina reales, dando nueva forma al reclutamiento, aunque no funcionó; y en renovar la enseñanza en la Universidad, encargando un nuevo plan de estudios a Gregorio Mayans y Manuel de Roda, pero que tampoco terminó de cuajar ya que se dieron dos perfiles diferentes de estudiantes, los manteístas y los colegiales.

    Otra de las consecuencias importantes de estos motines fue la expulsión de los jesuitas en abril de 1767 tanto de España como de América. Carlos III discrepaba de esa Compañía por lo que mandó investigar a políticos del círculo de Campomanes. Eran “acusados” de tener ideas contrarias al catolicismo, de soberbia intelectual, de poseer grandes riquezas e incluso de haber provocado los motines de primavera.


    Cambiando de tema, Las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País surgen en 1765 y son asociaciones no estatales apoyadas por la Monarquía que tienen como objetivo la búsqueda del desarrollo económico. Fueron impulsadas por los llamados “caballeritos de Azcoitia”, que eran vascos privilegiados, y la primera asociación que se creó fue la Bascongada. Estas sociedades eran dirigidas por miembros locales del clero y la nobleza, y la intervención de la burguesía fue muy escasa ya que este grupo ya tenía sus propias juntas de Comercio o consulados que lo representaban. Sus principales preocupaciones eran la educación, la agricultura y el progreso industrial y económico.


    En relación a otras reformas, la Mesta no fue abolida, tan sólo se le suprimieron algunos privilegios; se prosiguió con el levantamiento de carreteras que se comunicaban en Madrid y no tanto en puntos de mercado y producción; y se suprimió el monopolio de Sevilla y Cádiz, terminado así las reformas comenzadas por Felipe V y Fernando VI, como sucede a lo largo de su reinado. El comercio con las colonias de América se liberalizó permitiendo a las islas de Barlovento en 1765 y a los puertos americanos (excepto Venezuela y México) en 1778 el libre comercio con los puertos de España como Barcelona o Málaga.

    Por un lado, los gremios eran considerados por los ilustrados obstáculos para la producción y el progreso. No fueron eliminados pero sí minaron algunos de sus privilegios con leyes como la enseñanza de los oficios, la libertad de imitar tejidos extranjeros o el hacer compatibles algunos trabajos con los hidalgos, renunciando así a la exclusividad de los maestros de los gremios.

    Asimismo se crea el Banco de San Carlos, el primer banco nacional español, que respetaba el proyecto de Francisco Cabarrús. Éste hombre fue quien prestó varios millones de reales a la Hacienda Real durante la guerra de España contra Gran Bretaña, por lo que el banco tenía un especial cometido, el de devolver en forma de “vales reales” ese dinero al susodicho. En cambio, el banco no logró sus objetivos y no pudo convertirse en el banco central de España hasta el siglo XIX.

    Aparte, también aparecen las nuevas poblaciones de Andalucía. Beneficiándose del fondo de los jesuitas, se comienza a originar una serie de pueblos para combatir al latifundismo, y así crear una sociedad modelo. El proyecto fue encargado a Pablo de Olavide, que se ocupó de organizar todos los territorios para un buen funcionamiento de esta medida. Parecía que había tenido éxito pero algunas malas opiniones referentes a su figura hicieron que le rey ordenara su detención y la Inquisición lo condenó a 8 años de cárcel.


    Por otro lado, la política internacional de Carlos III se basa en la firma del Tercer Pacto de Familia, la participación de España en la Guerra de los Siete Años, en la independencia de las Trece Colonias de Estados Unidos, y en sus relaciones con Portugal y los países musulmanes.

    Los pactos de familia surgen a raíz de que España y Francia ven como enemigo común a Gran Bretaña ya que cada vez poseía más flota comercial y tenía un mejor control naval. En cambio, el trato entre españoles y franceses no era bueno, y Francia firmaba las paces con los enemigos dejando a un lado las necesidades de España a pesar de su alianza. Pero Carlos III, decide firmar un Tercer Pacto aun así en 1761 debido al problema con Inglaterra en Honduras.

    Este Pacto precipita la participación de España en la Guerra de los Siete Años. Al principio se lograron algunas victorias pero pronto Francia perdió Canadá, y España, Cuba y Filipinas. Con la Paz de París, Inglaterra les devuelve dichos territorios a España aunque éstos han de ceder la Florida. Además, Francia les cede Luisiana. Años más tarde, Francia quebrantó la alianza al no quererse ver involucrada en el ataque que había recibido España en las islas Malvinas por parte de Inglaterra y su amenaza de guerra.

    Pero España también participó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos combatiendo contra los ingleses en los territorios españoles de América del Norte. Su colaboración fue clave para el triunfo de los independentistas, que resultó tras la Paz de Versalles en 1783.

    Por otro lado, las relaciones con Francia mejoran tras la desaparición del ministro Pombal y el fallecimiento de José I, marido de su hermana María Victoria de Borbón. De esta manera, se resuelve el problema de Sacramento y se dispone una nueva política de matrimonios hispano-portuguesa. Además, Carlos III también mantuvo relaciones diplomáticas con el sultán de Marruecos y el de Turquía. Tanto en 1767 y 1780 se firman tratados para que España pueda circular por las aguas de Marruecos debido a su actividad como potencia pesquera. Además, también se producían intercambios comerciales entre ambas orillas del estrecho. Y en 1782 se firma otro tratado para que España ayude a Turquía a liberarse del ataque de la Rusia de Catalina II.


    Para finalizar y haciendo un balance de su reinado, puede decirse que Carlos III fue un reformador bastante prudente ya que no quería aligerar procesos. Cuando su mandato finalizó, todavía había instituciones que seguían en pie pero que estaban al borde de extinguirse. Su obra de gobierno fue muy limitada, aunque fue más beneficiosa para el pueblo debido a que Carlos III no anteponía los intereses dinásticos a los de la nación, y por ello se le recordará como “rey de todos los españoles”.


    FUENTE:
    Historia de España en la Edad Moderna, IMIZCOZ FLORISTÁN, ALFREDO (coord.)
    Editorial Ariel, Barcelona
    CAPÍTULO 23: Carlos III (1759-1788), por CEPEDA GÓMEZ, JOSÉ.

    LOS DIARIOS DE NICETO ALCALA ZAMORA

    La exposición conjunta que hará nuestro grupo tendrá como escenario la II República Española y he leído hace unos días, en el suplemento Crónica, del diario El Mundo, de fecha 13 de Noviembre de 2011, un reportaje sobre la publicación inminente de los diarios robados de Niceto Alcalá-Zamora.


    Pero, ¿Quién era Niceto Alcalá-Zamora?. Nació en Córdoba, en 1887 y pasó a la historia como presidente de la II República Española (1931-1936) y, como muchos políticos de su época, fue un portento intelectual y ocupó numerosos cargos político-administrativos y se distinguió como un gran orador en las cortes. En 1930, cuando el régimen de Primo de Rivera ya se hallaba en plena desintegración, en un famoso mitin en Valencia promete un inmediato cambio político: una república conservadora. La República Española se instituye el 14 de abril de 1931 y se forma un gobierno provisional presidido por Alcalá-Zamora. Pero, tras las elecciones éste observa un giro hacia el radicalismo de izquierdas y tendencias laicistas en la Constitución y en octubre de 1931 presenta su dimisión por su oposición a este laicismo de estado. Posteriormente, el 10 de diciembre de 1931, es elegido presidente de la II República Española, cargo en el que se mantuvo hasta el 7 de abril de 1936. El 16 de febrero de 1936 se celebraron elecciones generales en las que triunfó la agrupación de izquierdas . Trás la victoria del Frente Popular (PSOE, PC, Izquierda Republicana, Unión Republicana, UGT, POUM, Partido Sindicalista y Partido Republicano Liberal), en Febrero de 1936 y a la vista de una auténtica revolución socialista en todo el país, Alcalá Zamora, que había previsto una formación centrista que neutralizara las pasiones políticas en conflicto, tiene que admitir su fracaso. Se había hecho demasiados enemigos y, entre sus mismos partidarios, se le acusaba de intervencionismo. Se presentó una proposición para su destitución y fue aprobada en Cortes por 238 votos frente a 10. La excusa fue que se le destituía por haber convocado dos veces elecciones generales en un mismo mandato. Niceto Alcalá Zamora abandonó España casi inmediatamente. Viajó a París con su familia y posteriormente a Argentina, donde murió en 1949.


    El reportaje del diario El Mundo, firmado por Jorge Fernández-Coppel, relata que cuando Niceto Alcalá -Zamora sale de España, sin retorno, creyó dejar sus diarios a salvo en unas cajas de seguridad de la entidad Credit Lyonnais, de Madrid, pero nunca recuperó sus escritos y su dietario estuvo desaparecido desde que el propio gobierno republicano, ya durante la guerra, se lo robara del banco. Hubo un segundo robo y transcurrieron unos 75 años hasta que reaparecieron los pensamientos y escritos de Alcalá-Zamora. Un arquitecto valenciano los ofrecía a cambio de dinero, pero su ambición y una eficiente operación-rescate en la que participó la Guardia Civil y el firmante del reportaje, que es escritor e historiador, lograron dar con el dietario perdido de Alcalá-Zamora.


    Creo que lo interesante de estos diarios serán las vivencias en primera persona de un protagonista de ese periodo tan convulso de la historia de España. Segun el reportaje, Alcalá- Zamora llevó a cabo un registro minucioso de sus vivencias, son casi 500 páginas, describiendo una república agonizante, desmitificando a muchos de sus protagonistas , la descomposición de los partidos políticos, los odios personales y las excesivas ambiciones e incluso profetizando la sublevación militar que tendría lugar el 18 de julio. Pienso que será muy interesante su lectura.


    Los diarios aparecerán en forma de libro y serán editados por La Esfera de los Libros, con el título: "Asalto a la República. Los diarios robados del Presidente".

    Fuentes:
    Diario El Mundo. Suplemento Crónica. Madrid, 13 de Noviembre de 2011

    Historia de España

    El Directorio y la Segunda República
    Tomo 15

    Espasa Calpe, Madrid, 2004

    domingo, 20 de noviembre de 2011

    Bicentenario de Gaspar Melchor Jovellanos

                                  Gaspar Melchor de Jovellanos (1744 -1811)

     

                            

    A lo largo de este año 2011 hemos sido participes de numerosos hechos históricos importantes, tanto favorables como desagradables. Sin embargo, no nos debemos olvidar del pasado. En nuestra historia siempre hay fechas que recordar... Una de ellas es el 27 de noviembre de 1811. 
    Dicho así, tal vez no nos acordemos bien de qué pasó en aquella fecha. Pero, ¿ y si decimos Jovellanos?
    Doscientos años más tarde recordamos el bicentenario de la muerte de  Gaspar Jovellanos


    Pero, ¿Quién fue Gaspar Melchor Jovellanos? 
    Jovellanos ( Gijón, 5 de neero de 1744- Navia, 27 de Noviembre de 1811) fue el representante más genuino de la Ilustración española. Fue un hombre culto, abierto y ejemplar que se caracterizó siempre por un hondo patriotismo y una gran preocupación por los distintos problemas de España. Su espíritu crítico y renovador se plasmaba en una preocupación constante por reformar las instituciones y costumbres vigentes.
    Asturiano, nacido en Gijón en 1744 de familia noble, cursó sus estudios de filosofía y leyes. Al   concluirlos se dedicó a la vida pública en Sevilla, Madrid, Gijón,... Durante su estancia en Sevilla entró en contacto con importantes ilustrados de la época como Olavide. Su ejercicio en Madrid como alcalde de Casa y Corte y como miembro activo de distintas academias y otras instituciones le sirvió para difundir las nuevas ideas.
    Tras la muerte de Carlos III es apartado de la Corte con pretexto de un cargo en Asturias. En Gijón fundó el Instituto de Estudios Asturianos, con el que pretendía favorecer el desarrollo de la región.
    En 1797 Godoy le nombra Ministro de Justicia. Sin embargo las fuerzas reaccionarias opuestas a su espíritu reformador, promueven su cese y lo logran. De nuevo regresa a Gijón. Se le acusa de hereje entre otras cosas, y en 1801 es detenido y deportado a Mallorca donde es mantenido preso en la cartuja de Valldemosa y en el castillo de Bellver.
    José Bonaparte lo libera tras la invasión francesa (1808) y le ofrece un nuevo cargo de ministro. Jovellanos, con una salud muy deteriorada ya, lo rechaza. Sin embargo, no duda en ponerse al lado de quienes se levantaron contra los invasores.
    La obra de Jovellanos es prolífica y muy variada. Se dedicó tanto a la poesía como al teatro, aunque lo verdaderamente importante son sus ensayos sobre política, historia y economía entre otras materias. Por su parte, su gusto artístico y sensibilidad caracteriza estos escritos de carácter técnico o político.
    Entre la amplia obra en prosa de Jovellanos caben destacar sus  Memorias y el Informe sobre el expediente de la ley agraria (1794). En estos textos propone reformas para el mejor funcionamiento de las instituciones y habla de la actual situación del país, de sus males y problemas y de las soluciones para mejorarla. 

    Es increíble la cantidad de actividades programadas (http://www.jovellanos2011.es) con motivo del bicentenario de su fallecimiento.Sobre todo en su ciudad natal donde se ha preparado para su conmemoración  desde ciclos de conferencias sobre su vida y obra hasta concursos artísticos y festivales de música. Pero no sólo se recuerda a Jovellanos en su patria querida. En Madrid ,por ejemplo, la Fundación Juan March ofrece un ciclo de conferencias llamado Jovellanos: Vida, pensamiento, mensaje de forma totalmente gratuita a partir del 1 de diciembre. En este ciclo de conferencias Manuel Alvaréz-Valdés Doctor en Derecho y abogado del Estado, numerario de la Academia Asturiana de Jurisprudencia y Correspondiente de las reales academias de la Historia y de Jurisprudencia y Legislación  hablará de la vida, el pensamiento y el mensaje que, según él, hoy nos sigue enviando Jovellanos, teniendo en cuenta siempre  las numerosas fuentes directas: su extensa obra escrita con sus Diarios y epistolario y documentos inéditos, y también las indirectas: una bibliografía de cerca de 4.000 registros.

    De igual manera el Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid  ha querido homenajear a este personaje histórico celebrando un programa de actos los días 13, 20 y 26 de octubre, 10, 15, 24, 26 y 30 de noviembre y 21 de diciembre: 
    • 24 de noviembre.- 19.30 horas. Jovellanos: Utilidad Política y Social de los Espectáculos y Diversiones Públicas, a cargo de Eduardo L. Huertas.
    • 26 de noviembre.- Velada literaria de época con la dramatización de El Delincuente Honrado, a cargo de la Sección de Teatro, dirigida por Eduardo G. Peribáñez.
    • 30 de noviembre.- 19.30 horas. La Herencia de Jovellanos en el Trienio Liberal (1920-1823), a cargo de Alberto Gil Novales.
    • 21 de diciembre.- 19.30 horas. Jornada de Clausura, Mesa Redonda con la participación de Matías Díaz Padrón y Emilio de Diego García, presidida por Gonzalo Anes.
    He querido dedicar una breve entrada a modo de recuerdo y conmemoración a este gran escritor, jurista, académico, político español y ,sobre todo hombre de espíritu liberal, aunque sea doscientos años después, por todo aquello que significó : el cambio de la época ilustrada a la época de las revoluciones, la introducción del liberalismo en España y la aparición de uno de los primeros historicistas que supo ser profundamente cosmopolita sin por ello perder el sentido del patriotismo; y ,sobre todo, por todo el esfuerzo que hizo para lograr la integración entre la modernidad y la tradición en la España del final del siglo XVIII y comienzos de XIX.